Parecía que ni la reina del cielo, la Luna,
ni sus hijas, las Estrellas,
estuvieran de mi parte.
Cuanto caos entró en su
al
... ... ...
... ... ...
palabras de bien, palabras de miel,
no quise herir sus sentimientos,
pero el Pajarito se sintió una
Intenté, yo, un Lobo con el corazón
lleno de reparaciones de yeso, conquistar a aquellos pensamientos,
llevarlos a mi terreno y deshacerme de ellos, sacarlos de su mente.
Al final se dejó caer, levanté,
o al menos eso intenté,
su ánimo, alisando su erizado plumaje,
halagando el valor, honor, sufrimiento y antiguos levantamientos,
Creo que Ella lo sabe, si se viera en el espejo, si observara sus propios ojos,
creo que ardería de manera Esmeralda, después de todo afirmó que de tantas caídas,
aprendió a quererse, y que nuestras
que no quería volver a intoxicarse con nadie.
La noche pareció ir bien, Ella se
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