dijo ser la Luna...
Me lo creí. Entró en el juego sin querer lastimar a nadie, pero sin querer lo hizo.
El oscuro color del dolor me invadió tan solo unos segundos.
Ella jugó conmigo al menos cien veces, de las cuales tres, Yo, alterado por la plenitud de la verdadera Luna, la hice caer en mi trampa.
La gané, la perdí, me ganó, me perdió.
Al final Ella también tuvo sus dudas...
En todo el tiempo que pude haberla tenido, jugaba a varias bandas, vivía diversas historias, amores distintos que la llenaban durante ese rato, y luego al acabar, su apetito no estaba saciado y se iba a otros lugares a buscar más.
Casi le hago lo que la primavera con los cerezos... digo casi porque ya estaba desflorada!
Qué inútil soy, como no lo vi venir...
Fue un Perro Viejo que se la encontró hace mucho tiempo, en su decimosexta primavera o algo así...
La cuestión fue jugar, al fin y al cabo era un juego, cómo las crías de la manada, cómo el viento con las hojas de los arboles, cómo la bruma en la orilla del mar...
Al final, me cansé. Pensé en mil maneras de distanciarme... no di con ninguna.
Un día una astuta Loba se abalanzó sobre mi cuello, pero alguien de la manada empezó a reírse...
"- Tranquilo solo quiere jugar..." - nos presentó. Era totalmente diferente a aquella que decía ser primero una loba y luego mi gran musa, la Luna...
La astuta Loba, es tan interesante, tiene tanto sobre lo que hablar, tantas experiencias vividas...
" Eres un haz de luz, brillas mucho.
Eres impresionante, con tanta oscuridad, tantas sombras...
Pero tu no te dejas atrapar por la penumbra y brillas,
más que cualquier estrella, con el resplandor de la Luna Llena."
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